22 de enero

22 de enero

Fue apenas una chispa fugaz.

Un pequeño brillo en un mar de oscuridad, pero fue suficiente para prender la mecha que hizo estallar mi mundo. Tan solo fueron palabras, gritos y reproches que lanzaste cargados de odio y malicia, palabras con las que buscaste hacerme añicos, pedazos. Querías herirme y humillarme, quería hacerme sentir como si fuese basura. Y casi, solo casi, lo conseguiste. Si me hubieras dado ese puñetazo que tantas veces me prometiste no me habrías hecho más daño. Y, sin embargo, no consigo reproducir ni una milésima parte del odio que tú me profesaste en ese momento. Será porque no consigo odiarte como a ti te gustaría, será porque te hubiese gustado que yo fuese la mala en esta historia, será porque sigo adelante. Paso a paso.

Cuando llegaste a casa aquel día, solo con tu manera de abrir la puerta, supe que estallaría la tormenta. Una lluvia de maldad y desprecio que se barruntaba desde hace tiempo, pero no sé por qué te empeñaste en ignorar, ¿o es que no lo veías venir? O tal vez, ¿no querías verlo venir? Y a pesar haberme preparado para los embistes de la tormenta, nadie me había avisado de que tu crueldad era un tsunami que arrasaría con todo.

“Eres mala mujer.”

“Eres mala persona.”

“Eres la peor decisión que he tomado en mi vida.”

Todo esto salió de tu boca. Solo habían transcurrido unas horas desde que habías intentado besarme. Esos labios que antes me buscaron con anhelo, con deseo, con sed de mis besos, solo desprendían basura. Esos ojos que me miraron con admiración y amor ahora solamente disparaban desprecio. Y no dejo de pensar qué es lo que te pasó. En qué momento cambiaron tanto las cosas. Antes eran palabras bonitas y buenos momentos, ¿los recuerdas? ¿Recuerdas cuando dijiste que era el amor de tu vida? ¿Qué nunca habías sentido esto por otra mujer? ¿Qué nunca habías estado enamorado?

 “No vales nada”

Otra de tus perlas.

Te eché de mi vida y de mi corazón y eso hirió tu orgullo y tenías que irte haciendo daño, tenías que prender fuego para que todo estallase y dejarme a mí sumida entre escombros y cenizas. Pero no hubo nada de eso. Ni humo, ni ceniza, ni escombros, ni polvo…lo único que quedó después de que te fueras fue paz.

Después de la tormenta siempre llega la calma. Sentí un alivio y una tranquilidad con la que llevaba soñando meses. No más dolores de cabeza ni tensiones. No más desprecios ni humillaciones, no más manipulación ni maltrato. Solo paz. Una paz que tanto anhelaba que ya se había convertido en una utopía, en un sueño imposible. ¿Qué habría sido de mi a tu lado? Años de infelicidad y de sufrimiento, años de volverme más y más pequeña escondida tras la sombra de tus caprichos y tus insultos hasta acabar desapareciendo completamente y convertirme en nada, sin que te dieras cuenta.

Pero finalmente vi la luz, salí del pozo y te eché de mi vida, y ahora que ya no tengo lo que siempre soñé, pero sí que conseguí aquello que tanto necesitaba, doy gracias por haber tenido la valentía y la fuerza necesarias para extirparte de mi vida, porque no todas tienen esa opción, no todas consiguen salir. Muchas mujeres solo escapan de la tormenta cuando es demasiado tarde y ya solo quedan barcos hundidos y cadáveres flotando a la deriva. Yo tuve fuerza y coraje, y te eché.

Porque no te necesito.

Porque valgo mucho.

Porque soy lo mejor que pasó por tu vida y no lo supiste valorar.

Porque el 22 de enero supe al fin lo que era estar en paz.

La Bella y la revelación

La Bella y la revelación

Hace relativamente poco tiempo tuve una revelación y de lo más curiosa. Me encontraba viendo por millonésima vez La Bella y la Bestia de Disney, película que llevo viendo desde mi mas tierna infancia, de la que me sé todas las canciones y diálogos (soy una fanática de las películas de Disney), cuando tuve la revelación, tal vez una pequeña epifanía.

Todos recordaréis al personaje de Gastón, el hombre más fuerte y robusto del pueblo, el mejor cazador, el más apuesto…vamos en teoría el mejor marido que una podría encontrar, pero según avanza la película te das cuenta de que Gastón es un engreído y un chulo, un egoísta y vanidoso, y una larga lista de etcéteras, pero dejas pasar todo eso, o por lo menos yo lo hacía, porque pensaba que, a una persona enamorada de Bella, de una chica tan dulce y buena, una persona que puede sentir ese sentimiento tan hermoso, no puede ser tan malo, ¿no?

Mi revelación vino de esta idea, Gastón NO estaba enamorado de Bella, no la quería, nunca la quiso, solo era un trofeo para su vitrina, él se la merecía porque ella era la más guapa de la «Aldea Ideal».Qué cómo sé que no estaba enamorado de ella? Fácil, el amor es un sentimiento muy irracional a veces si, pero es un sentimiento hermoso, y si hay algo que lo caracteriza para mi es el altruismo. Cuando de verdad quieres a alguien, cuando es amor de verdad, lo que quieres es, por encima de todo, que esa persona sea feliz aunque no sea contigo, aunque sea estando lejos de ti. Cuando alguien se enamora piensa en el otro antes que en si mismo, de eso se trata el amor verdadero. Gatón no quería que Bella fuese feliz, solo quería poseerla, ser su dueño, y le dolió tanto que Bella se enamorase de un «monstruo» antes que de él que decidió acabar con su supuesto rival sin pensar en lo mal que lo pasaría Bella si la Bestia hubiese muerto. Eso amigos mios, ¡NO ES AMOR!

Sé que a veces cuesta mucho pensar en los demás antes que en nosotros mismos, pero yo pienso que no hay mejor prueba de amor verdadero que esa. De todas formas dicen que si quieres a alguien de verdad tienes que dejar que se vaya, si no vuelve es que nunca fue tuyo.
Es difícil lidiar con nuestro sentimiento y mucho más intentar comprender los de los demás, pero no viene mal intentarlo de vez en cuando. Si Gastón se hubiese molestado un poquito en conocer a Bella, si se hubiese dado cuenta de que ella no era como las demás chicas, tal vez habría podido dejar de pensar en si mismo y lograr que ella se enamorase de él.

La Bestia si supo sacrificarse, dejó que Bella abandonase el castillo porque ella quería ir a cuidar a su padre a pesar de que sabía que sin Bella su vida sería gris y monótona, pero ella sería feliz. Es gracioso que sea una bestia la que de lecciones de amor a las personas.

Sé que ese no es el mensaje principal de la película, se supone que es que la belleza está en el interior, pero yo también aprendí que el amor a veces está en el sacrifico, bonito pero trágico.