Te echaré de menos

Te echaré de menos

-Te echo de menos. -susurró.

Quise moverme al oírlo, pero no pude.

Fueron esas las cinco palabras las que se nunca llegaron a escapar de mis labios y ahora se caían de los tuyos. Una frase, una sentencia, un hecho. ¿Habría sido diferente de haberme pronunciado? ¿Habrías tomado mi mano? No, porque jamás habría admitido la verdad. Nunca te habría tenido el valor de decirlo y ahora que tú hablas, no puedo moverme.

– Te echo de menos. – repites, suplicas, ¿lloras? ¿estás llorando? Tomas mi mano que cede sin voluntad, sigo sin moverme, sin decir palabra- ¿Me oyes? – preguntas- ¡Vuelve, por favor!

– No sé si sirve de algo,- una voz interrumpe tus suplicas, es pausada y grave, pero no sé de dónde viene, es más no sé dónde estás tú, de nuevo intento moverme pero nada sucede- hace ya mucho tiempo que esperamos pero cada vez es más difícil que se despierte.

– Lo sé- despacio sueltas mi mano y yo noto como la calidez me abandona, – sé que ya es hora doctor. Te echaré de menos- susurras nuevamente.

 Y yo a ti, pequeña, aunque es algo que nunca podré pronunciar.

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